El otro día asistí a un curso de cocina patrocinado por una marca de agar-agar, Pronagar. Yo ya utilizaba este producto desde hace tiempo, aunque de otras marcas y en forma de copos o tiras, en lugar de en polvo, pero me vino muy bien aprender más sobre él. Además de elaborar un par de recetas muy facilitas y muy “resultonas”, nos explicaron con todo detalle las propiedades del agar agar, y sus ventajas frente a la gelatina “de toda la vida”.
La primera diferencia importante es la procedencia, ya que la gelatina de siempre es de origen animal (huesos, restos de pescados…), mientras que el agar agar se obtiene de un alga… en fin, yo creo que no hay color, me quedo con el alga.
Para los que hacemos algún tipo de dieta, todo son ventajas: no tiene apenas calorías, pero tiene mucha fibra, por lo que, además del efecto saciante que nos ayuda a “entretener el gusanillo”, nos viene genial para la cosa del “tránsito intestinal” que tanta guerra suele dar cuando estamos haciendo régimen.
Además, nos permite preparar unos platos con una presentación muy bonita. Una simple macedonia de frutas, por ejemplo, queda espectacular sin apenar trabajo. Pero es que también nos vale para espesar una salsa sin meterle calorías (harinas,, etc…), y hasta para ponernos creativos con los alimentos que podemos comer sin saltarnos la dieta. El comer de régimen no tiene por qué ser aburrido o monótono.
Algunos ejemplos de lo que se puede hacer con agar-agar son la Corona de fresas, el aspic de rape y langostinos, el queso de dieta con tomates secos y orégano o la gelatina de tomate, pero hay muchas más
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario. Disculpa si no te contesto. Es por falta de tiempo, no de ganas... Un besito.